Según los objetivos de quien lo realiza y el destino final que le dará, el proceso de elaboración de un resumen y el formato final variarán. Se puede establecer, sin embargo, una suerte de procedimiento que suele involucrar las siguientes instancias.
Lectura y relectura
Una primera lectura nos da una comprensión global del tema del texto, pero no es suficiente para detectar su estructura y la articulación más profunda de sus conceptos. La verdadera comprensión comienza a partir de la segunda lectura, cuando ya tenemos en la memoria el tema general y podemos ir reteniendo los diferentes subtemas y sus relaciones.
Identificación de las ideas principales
Al clásico subrayado con lápiz se puede agregar anotaciones al margen, con títulos o numeraciones, que permitan identificar a primera vista, los temas más importantes y la estructura del texto. Es importante tener en cuenta que no siempre tenemos que resumir toda la información: por el contrario, algunas veces, la lectura apunta a extraer solo aquella que está relacionada con el tema que se investiga. Por esta razón la técnica del subrayado debe aplicarse una vez que tenemos una idea no solo del texto sino de la información relevante para nuestro objeto de estudio.
El procesamiento de la información: omitir, condensar, generalizar
Para llegar al resumen definitivo es necesario procesar la información y esto se puede hacer de tres maneras: omitiendo las ideas secundarias o poco relevantes, sustituyendo ideas particulares por una más general, y condensando bloques de ideas por una expresión que incluya a las restantes.
Fuente: Lengua y comunicación. Buenos Aires, Santillana.